jueves, 30 de marzo de 2017

EL DIABLO HA MUERTO


Los sellados labios del Diablo,
bajan cada vez más rápido
bajo tierra,
mientras le comen los gusanos.


Los sellados labios del Diablo,
se llevaron bajo la lengua
testimonios intoxicados
de las luces y sombras,
del tercer acto.



Los sellados labios del Diablo
sangran por las comisuras,
dibujando una cara triste
porque perdió muy pronto,
a su muñeca de trapo.



Pobre Diablo,
condenado a ser malo
porque a un par se les ocurriera
y dieran su maldad por sentado.

Pobre Diablo,
tan padre nuestro
como el otro de arriba,
que se quedó con la casa, el coche, los niños
y la villa.



Y el pobre diablito,
que era el que quería tener hijos,
sólo puede quedarse con hijos podridos,
que mamá no ha querido.



Pobre Diablo,
pobrecito mío.
Cayó desde su propio precipicio
y se hizo añicos.



Los sellados labios del Diablo,
si pudieran hablar,
hablarían de Yahveh
y de su rasgo de manipulador,
posesivo
envidioso,
y mentiroso compulsivo. 



-Que no os engañen-
dijeron los labios del Diablo
antes de unirlos con cemento mojado.
-Que no os engañen
sobre lo que es bueno.
Que al fin y al cabo vosotros,
hijos míos,
estáis hechos de cielo y de infierno,
y rezaré para que algún día,
lo asumáis
Y no penséis que sois tan depravados.

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